viernes, 11 de junio de 2010

Salud Sudáfrica

Soweto, escenario de las masacres perpetradas por racistas blancos, hoy es la capital mundial del fútbol, una fiesta que une a todas las razas.

Durante un mes, en Johannesburgo, la capital financiera de Sudáfrica, se desarrollará el suceso mundial que provoca más incertidumbre, fuerza y pasión en el mayor número de seres humanos.

Zakumi, la mascota de Sudáfrica 2010No se trata de la guerra, el dinero ni una revolución, sino del rodar de la pelota en el gramado donde seleccionados de fútbol de los cinco continentes, disputarán por el trofeo más codiciado, de un deporte tan democrático que se requiere casi nada para su juego: el balón que, en las zonas más pobres, puede ser algo parecido a una pelota y las portería dos piedras.

Se juega con zapatos pero también se puede descalzo. Se puede ser habilidoso o esforzado, pero se aplaude más la improvisación y la picardía.

Al fútbol se entra por la puerta de la emoción y puede acceder todo el mundo que acabará alineando a toda la humanidad, unida en el terreno de juego.


Sudáfric a 2010 es también el símbolo de los tiempos nuevos, de la solidaridad que se arraiga en la humanidad en medio de las guerras y desigualdades sociales.
Hace apenas tres décadas era inimaginable un gobernante negro en el país del Apartheid y, mucho menos, un Barack Obama en la Casa Blanca.
Gheto para negros

Al suroeste de Johannesburgo, la capital financiera de Sudáfrica, se levanta una de las sedes del mundial, el estadio Soccer City, la cancha de los equipos de Soweto, el barrio más grande (se estima una población actual de 3 millones) y emblemático en la lucha contra el Apartheid.

Los llamados towships eran los ghettos no amurallados que creó el Apartheid de los racistas blancos para transferir masivamente a los negros para dejar libres sus ciudades, confinando a hombres de distintos orígenes y lenguas, como zulúes y sohto, en condiciones infrahumanas.

Con la industrialización después de la Segunda Guerra Mundial, se registró la migración masiva de la población rural hacia Johannesburgo, eje de la industria minera de la nación donde se comercializaban inmensas fortunas en diamantes.


unio de 1976, las mayorías negras se rebelan contra el Apartheid

La minoría blanca se horrorizó ante la “marea negra” y endureció el aberrante sistema de división de razas (Apartheid) a niveles alucinantes. El matrimonio inter racial era considerado un grave delito con pena de cárcel.

EN 1948 se estableció un departamento de unos 65 km², Soweto, para alojar a los africanos negros que hasta entonces vivían en áreas designadas por el gobierno para los blancos (como el área multirracial llamada Sophiatown).

El nombre Soweto es una contracción del inglés "South Western Township" (Municipio del Suroeste), y no significa nada aparte de esto en ninguna otra lengua surafricana.

Ante el hacinamiento y la opresión, se registraron en la década de 1970 las manifestaciones de Desmond Tutu, condenando la precariedad de la inmensa población.

En junio de 1976 un mandato gubernamental en el que se exigía la enseñanza tanto en afrikáans como en inglés por igual, algo descabellado, teniendo en cuenta que la población urbana no hablaba esa lengua, generó una protesta, que, a pesar de ser pacífica, se saldó con más de 575 muertos atribuidos a la brutal carga policial.

En ese momento, Winnie Mandela, la esposa del entonces encarcelado dirigente del Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés) Nelson Mandela, describió las protestas como "apenas el comienzo".
La presión nacional e internacional eventualmente llevó a la liberación de Mandela en 1990 y a las primeras elecciones no raciales cuatro años después.

Mandela fue elegido por abrumadora mayoría para convertirse en el primer presidente sudafricano de raza negra.



Soweto se convirtió en la máxima expresión de la oposición al apartheid hasta la elección de Nelson Mandela como presidente de Sudáfrica en 1994 dando por concluido el régimen.

Pese a los avances políticos de la pujante democracia sudafricana, en Soweto se afrontan todavía graves problemas no solo de hacinamiento y pobreza, sino de una escalada delincuencial que pareciera ir de la mano con los alarmante índices de sida.

Estos retos siguen vigentes pero lo cierto es que Soweto ha pasado de ser el asiento de la lucha contra el régimen de discriminación racial en la capital del fútbol y la solidaridad humana, dejando atrás la pesadilla del Apartheid.

Y esa es la mejor goleada contra los enemigos de la humanidad.



fuente: www.cronicaviva.com.pe

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