Argentina, mi país, cumple doscientos años. Festejemos, pero también reevaluemos que cosas tenemos que mejorar.
Debemos madurar, transitar algunos caminos de cambio que nos lleven a transformarnos en una nación grande e influyente. Tenemos inteligencia, riquezas, medios, recursos y el material humano para serlo.
Basta de gobernantes y administradores fraudulentos que se venden, pero también basta de gente que regala su voto con promesas baratas. Tengamos convicciones firmes, sanas y justas. Ideologías que nos permitan ser lo que tenemos el potencial para ser: un país ejemplo.
No es importante si somos el mejor, o el número dos, o el cincuenta en alguna lista, lo que si interesa es que tengamos justicia, valores, conciencia social y valentía, para ser más fuerte que los ambiciosos, manipuladores y egoístas que atentaron en contra del crecimiento de este país.
Podemos cambiar, podemos mejorar. Cómo dice nuestro himno nacional podemos escuchar definitivamente oír “el ruido de rotas cadenas”.
Salud Argentina, Salud argentinos…
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